El Banquete de Platón es uno de los textos clásicos en donde el amor es el tema principal. El libro
se va desarrollando conforme que cada quien en el banquete de Agatón va dando
su propio encomio a Eros. El primero
en hablar es Fedro quien es el que
da dicha idea y de quien quiero hablar hoy.
Eros
es el dios responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado
también como un dios de la fertilidad. Fedro empieza su encomio
a Eros, mencionando que es el dios más antiguo y afirmando que por lo mismo no
existen o no son mencionados sus padres, posiblemente no por que esto sea del
todo cierto si no porque de Eros no se tiene un mito propio, ni una genealogía
fija y determinada.
Fedro dice que Eros es el
dios de los mayores bienes, ya que llegado uno a la juventud, el mayor bien es tener un amante y si se es
amante tener un buen amado. Menciona que quien vive enamorado, vive
noblemente, ya que nada ennoblece más que el amor, ni el parentesco, ni los
honores, ni la riqueza. Dice que las feas acciones es algo no haría alguien que
este frente a su amado, ya que duele más ante el amado o amante ser visto en un
acto de cobardía, que, ante su familia, compañeros y cualquier otro, es más
este prefiere morir a ser un cobarde ante los ojos de quien ama, es por esto
que dice que esté dios inspira valor.
De aquí menciona que morir por otro es algo de lo que solo los amantes están
dispuestos.
A continuación, Fedro menciona tres mitos, que buscan
mostrar la importancia Eros:
El
primero es el de Alcestis. Alcestis era una hija de Pelias y
esposa de Admeto. Admeto era rey de Feras y al solicitar la mano de Alcestis,
Pelias prometió darle a su hija siempre y cuando llegara a su corte en un carro
tirado por leones y jabalíes. Admeto lo logra con ayuda de Apolo, pero Apolo le
pide a cambio su vida o la vida de alguien más que pudiera darla por él. Tras
pedirles a sus padres ya ancianos el que se sacrificaran por él. Fue Alcestis
misma la que se ofrece a salvar a su esposo y fallece. Poco tiempo después,
Admeto recibe a Heracles en su casa contándole lo ocurrido. Heracles afligido
por lo sucedido, baja al Hades y trae de vuelta a Alcestis. Dice Fedro que este mito muestra como
Alcestis supera en afecto por amor, a los propios padres de su esposo y ya que
fue la única que estuvo dispuesta a morir por su marido, fue un acto que se
mostró hermoso ante hombres y dioses, por lo que le concedieron el privilegio
de que su alma subiera del Hades.
El
segundo es el de Orfeo. Orfeo era hijo de Eagro y esposo de
Eurídice. Orfeo era citaredo, se dice que cuando tocaba su lira los hombres se
reunían para oírlo y hacer descansar sus almas. Así enamoro a su bella esposa.
Su historia también es la de Eurídice, en algunas versiones se dice que esta
fue mordida por una serpiente mientras huía de Aristeo y en otras que el hecho
fatal, ocurrió mientras paseaba junto a su esposo. Le mito dice que en las
orillas del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de su
amada. Este Orfeo abatido, toco canciones tristes y canto tan lastimeramente
que todas las ninfas y dioses lloraron y estos le aconsejaron que descendiera
al inframundo (catábasis: es un descenso de algún tipo, como bajar una ladera,
el sol al atardecer, una retirada en una campaña militar, una expedición a los
infiernos o un viaje desde el interior hacia la costa, existe una gran cantidad
de significados e interpretaciones para este término en poesía, retórica y en
la psicología moderna) en busca de su amada. Durante el camino en las
profundidades del Hades, Orfeo tuvo que sortear muchos peligros, empleando solo
su música, encantó a Caronte para que este lo dejara pasar, logro
dormir al terrible Cerbero, hizo por primera y única vez detener los tormentos
del inframundo y llegado el momento ablando los corazones de Hades y Perséfone,
que permitieron a Eurídice que volviera con Orfeo al mundo de los vivos, pero
con la condición de que él caminase delante de ella y no mirase atrás, hasta
que hubiera alcanzado el mundo superior y los rayos del sol bañasen a Eurídice.
A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, ni
siquiera se volvía para asegurarse de que Eurídice estuviera bien cuando
pasaban junto a un demonio o corrían algún otro peligro. Finalmente, Orfeo y
Eurídice llegaron a la superficie, en ese entonces, ya por la desesperación,
Orfeo volvió la cabeza para ver a su amada, pero ella todavía no había sido completamente
bañada por el sol, aún tenía un pie en el camino del inframundo, así que se
desvaneció en el aire y esa vez para siempre. Dice Fedro que en este mito los dioses del infierno sólo presentaron a
Orfeo una aparición de Eurídice, mas no le entregaron a su amante porque les
parecía que se mostraba cobarde, como buen citaredo y no había tenido el arrojo
de morir por amor, sino que había buscado el medio de penetrar con vida en el
Hades, se dice que, por esto mismo, por no haber tenido el arrojo de morir por
amor, los dioses impusieron a Orfeo el castigo de morir a manos de mujeres.
El
tercero es el de Aquiles. Aquiles era hijo de Tetis. Fue un
héroe de la Guerra de Troya y uno de los más grandes guerreros. Leyendas
posteriores afirman que Aquiles era invulnerable en todo su cuerpo salvo en su
talón, estas leyendas sostienen que Aquiles murió en batalla al ser alcanzado
por una flecha envenenada en el talón, de donde la expresión talón de Aquiles,
ha llegado a aludir a la única debilidad de una persona. Aquiles también es
famoso por ser el más hermoso de los héroes reunidos en Troya, así como el más
rápido. En su mito es crucial su relación con Patroclo, descrita en fuentes
diferentes como profunda amistad o amor. Ante la peligrosa ofensiva troyana, las
esperanzas griegas se reducen a que Aquiles retorne a la lucha, sin embargo, el
héroe griego se mantiene renuente a pesar de las súplicas de sus aliados, por
lo que su compañero, Patroclo, decide tras haber hablado con Aquiles, vestirse
con su armadura y ponerse al mando de los mirmidones. Durante la lucha,
Patroclo es herido por Euforbo y matado por Héctor. Héctor toma la armadura de
Aquiles y ordena la retirada del combate, evitando combatir contra Áyax por el
cuerpo de Patroclo. Al enterarse Aquiles de la muerte de Patroclo, este clama
venganza y acepta volver a la lucha. Dice
Fedro que en este mito Aquiles a pesar de saber por su propia madre que moriría
si mataba a Héctor, de lo contrario moriría ya entrado en su vejez, aun así,
tuvo la osadía de preferir vengar a su amante Patroclo y no solo morir por su
causa, sino también morir una vez muerto ya esté, es por esto que lo honraron y
lo enviaron a las Islas de los Bienaventurados (islas utópicas donde se suponía
que las almas de ciertos héroes legendarios seguían viviendo después de su
muerte).
Finalmente
dice que, así como los dioses honran por encima de todo el esfuerzo y el valor
del amor, así también castigan a quienes no lo llevan a cabo.
Por eso recompensan a Alcestis y castigan a Orfeo. También los dioses valoran mucho la virtud del amor, sin embargo, la
admiran, elogian y recompensan más cuando el amado ama al amante, que cuando el
amante al amado, pues un amante es cosa más divina que un amado, ya que esta
poseído por un dios (endiosado por Eros). Por eso honraron más a Aquiles en
aquellas islas que a Alcestis.
Libro consultado: Banquete de Platón, publicado el
año 2010, con traducción y notas de Marcos Martínez, de la colección Biblioteca
Grandes Pensadores, de la editorial española Gredos.
Para
saber más del mito de Alcestis: https://es.wikipedia.org/wiki/Alcestis
Para
saber más del mito de Orfeo: https://es.wikipedia.org/wiki/Orfeo
Para
saber más del mito de Aquiles: https://es.wikipedia.org/wiki/Aquiles
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